Por
Rocío López.
El género del steampunk que su origen se
remonta al siglo XIX y el cual estaba enfocado exclusivamente a la literatura,
se ha convertido en un movimiento artístico que se expandió hasta llegar al
séptimo arte para compartir un universo retrofuturista y de ciencia ficción, como
ejemplo se encuentran las películas de Abril y el Mundo Extraordinario (2015), Nueve
(2009) y Sherlock Holmes: Juego de Sombras (2011). Iniciando este 2019 se estrena en México Máquinas
Mortales (Mortal Engines), dirigida por Christian Rivers, producida y escrita por
Peter Jackson.
La cinta está basada en el libro homónimo del
británico Philip
Reeve. La historia se sitúa en un mundo postapocalíptico que después
de la guerra de los sesenta minutos, los sobrevivientes tuvieron que
adaptarse a una nueva forma de vida, donde ahora son amenazados por grandes
ciudades motorizadas que se desplazan por la
Tierra con el objetivo de atacar a los pueblos más pequeños para robarle sus
recursos y poder subsistir. La fugitiva Hester Shaw (Hera Hilmar) tratará de vengarse de Thaddeus
Valentine (Hugo Weaving), quien gobierna Londres,
la ciudad más poderosa, sin embargo, en su camino, la joven se encontrará con
Tom Natsworthy (Robert Sheehan), un
huérfano que se convertirá en su aliado.
Máquinas Mortales inicia con una secuencia llena de acción que atrapa
desde el primer minuto y a lo largo del filme, Christian
Rivers, galardonado con el
Oscar a Mejores Efectos Visuales por King Kong (2005), nos regala extraordinarios planos. Por otra parte,
el guion a cargo del reconocido cineasta Peter
Jackson en colaboración con Fran
Walsh y Philippa Boyens, no
aporta nada nuevo y cae en los clichés por lo que trama es muy predecible. Además,
por momentos parece una combinación entre Mad
Max (1979), El Señor de los Anillos (2001) y El Increíble Castillo Vagabundo
(2004).
Otro de los aspectos que no favorecen en la
historia, es el hecho de la incorporación de personajes que no tienen mayor
relevancia, por lo que sus acciones son insignificantes y se va perdiendo el
interés en la historia central.
En cuanto a las actuaciones, Hilmar y Sheehan no
trasmiten la química entre ellos, ni se convierten en entrañables e incluso parece
paradójico que la aparición de un ser que es máquina logra empatizar más con el
público hasta robarse el protagonismo. Mientras que Weaving, conocido por interpretar a
Elrond en el El hobbit: un Viaje
Inesperado (2012), no luce y es desaprovechada su participación al ser el
típico villano.
En 128 minutos, Máquinas
Mortales es un deleite visual y efectos especiales, pero los huecos
argumentativos, el no engancharse con alguno de los protagonistas pueden ser los
suficientes elementos para considerarla como el primer fracaso de la industria cinematográfica
para este año nuevo.
Trailer
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